“Es posible la existencia en Cervera de asientos primitivos del Paleolítico (600.000-4000 a.C), debido a su proximidad al río, ya que éste suponía una fuente de alimento, de agua y de defensa.
Diversos autores sitúan el origen de Cervera en la época árabe (en el siglo VIII), aunque es posible que permaneciera despoblada, ya que perteneció a la Marca Media (zona fronteriza entre islámicos y cristianos) y estaba situada muy cerca de las atalayas construidas por Abderraman III alrededor del año 950, la del Berrueco, con la finalidad de controlar el acceso del puerto de Somosierra a una zona muy rica y bien poblada, la del valle del Jarama. Aunque también Cervera pudo fundarse como una de las numerosas alquerías existentes en torno a las fortificaciones levantadas por los Omeyas para contener el avance cristiano.
En cualquier caso, toda la zona fue tomada en 1085 con el resto de reino de Toledo por Alfonso VI, rey de Castilla y Aragón, quien concedió a Buitrago el privilegio de repoblación de toda la comarca, incluida Cervera, en 1096. La comunidad de Villa y Tierra de Buitrago contaba con pastos, servicios y leyes comunes, con la intención de conseguir un mayor aprovechamiento de la tierra.
Jurisdicionalmente estaba sujeta a la casa de los duques del Infantado, titulares de ciertos derechos traducidos en la percepción de unas determinadas rentas y de toda una serie de privilegios que actualizaban su dominio jurisdiccional, fundamentalmente el nombramiento del corregidor de Buitrago, máxima autoridad judicial y administrativa”.